Los proyectos de energías renovables son fundamentales en la transición energética. Su correcto desarrollo requiere la aplicación de criterios ESG, una socialización temprana y la licencia social de las comunidades donde operan.

Cada día las personas son más conscientes de la necesidad de reemplazar los combustibles fósiles como fuente de energía principal y del papel de las energías renovables en la matriz energética del futuro.

En países como España, por ejemplo, el 79% de las personas están a favor de las energías renovables como el eje principal de la lucha contra el cambio climático.

De hecho, este país cuenta con una gran penetración de estas fuentes renovables: durante el 2023 generaron la mitad de toda la energía consumida

Además, se prevé que en los próximos años se realicen cientos de proyectos eólicos y solares fotovoltaicos. Un escenario no muy distinto al latinomericano, en donde se pronostica un incremento de  más del 460% de la capacidad eólica y solar gracias a nuevos proyectos.

Para que los proyectos energéticos puedan desarrollarse con éxito, es clave que en su planificación y ejecución participen las comunidades cercanas a su área de influencia. Es la manera de que las empresas generadoras obtengan una “licencia social” para operar.

Adquisición de la licencia social en proyectos de renovables

“Hoy uno de los grandes desafíos es que la ciudadanía está cada vez más interesada en los temas ambientales; está más informada y cuenta con más herramientas”, sostiene Javier Palacios, director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Esta nueva forma de pensar de las comunidades ha obligado a compañías como Atlas Renewable Energy a desarrollar cada vez más procesos de relación y acción centrados en el bienestar de las comunidades y del territorio donde se ubicarán los proyectos de energías renovables. Todos los procesos se llevan a cabo según los estándares ESG.

El primer paso para alcanzar la licencia social es trabajar de forma temprana con las comunidades. Este acercamiento inicial crea un clima de confianza y permite entender en profundidad las comunidades y sus dinámicas. Como lo expresa Palacios, las compañías que llegan se convierten en los “nuevos vecinos”. 

El diseño de las centrales de energías renovables suele demorar entre tres a cuatro años, más dos años de construcción. Una vez en marcha, las plantas operan por 30 o 35 años. “Si tú desde etapas tempranas no tienes una buena relación con la comunidad, probablemente vas a tener dificultades para acceder al área del proyecto. Y eso va a repercutir en que no vas a poder desarrollar los estudios ambientales, ni los de ingeniería. Son cuestiones que están entrelazadas”, observa Palacios. 

Una mala relación con las comunidades ocasiona demoras en la construcción del proyecto, que pueden hacer incumplir los términos del suministro de energía a los clientes o las metas financieras.

Si bien este razonamiento parece evidente, las buenas prácticas a veces no se llevan a cabo. De acuerdo con un reciente catastro del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) de Chile, hay 62 proyectos judicializados por las comunidades (el 26% corresponden a proyectos de energía).

Las denuncias se hacen tanto porque los proyectos deterioran las condiciones de vida, como porque no respetan las buenas prácticas ecológicas durante la construcción (una etapa en la que los proyectos causan el mayor impacto sobre el medioambiente), o la operación, (ya sea por el incumplimiento de promesas de reforestación o compensaciones de suelo, por la emisión de ruidos molestos, o por la emisión de material particulado).

“No todas las compañías están dispuestas a invertir en asuntos sociales o comunitarios desde las etapas tempranas. Atlas sí”, remarca el director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Programas que apuntan al fomento productivo

Adquirir la licencia social es solo el inicio del trabajo directo que Atlas realiza con la ciudadanía. El trabajo común entre comunidad y empresa se extiende desde la socialización del proyecto hasta la creación de programas que mejoren el desarrollo de la comunidad en educación, infraestructura u oportunidades laborales.

Así, en México y Brasil, Atlas diseñó el programa «Somos parte de la misma energía”, cuyo objetivo es ampliar las oportunidades de empleo de las mujeres de la comunidad en la planta de energía renovable.

Con capacitaciones en áreas como montaje de módulos, gestión de permisos, coordinación de logística, operación de maquinaria y supervisión de calidad, salud, y seguridad y medioambiente, se demostró que la licencia social solo es el inicio de un trabajo mancomunado que hace sostenible y provechoso el desarrollo del proyecto.

Este proyecto fue replicado en Chile en 2020 durante la construcción de la planta solar Sol del Desierto, de 230 MW, en la comuna de María Elena, Antofagasta. Allí se contrataron a 95 mujeres que representaban el 14% de la fuerza laboral, y se las promovió para que ocuparan posiciones técnicas y de liderazgo.

Otro caso es en la isla grande de Chiloé, donde Atlas Renewable Energy instalará el Parque Eólico Altos de Tablaruca. En una comunidad de la isla, se instalaron luminarias solares que mejoraron la calidad de vida de las personas y la percepción de seguridad en la zona.

Otro sector en el que Atlas ha trabajado con la comunidad es la educación: en colaboración con The Pale Blue Dot (una organización mexicana que promueve proyectos educativos) se ejecutó un programa de aulas digitales en ocho escuelas y se construyó una biblioteca pública.

“Este tipo de proyectos tienen una visión de largo plazo. No se trata de ejecutar un proyecto específico, sino de formar alianzas a largo plazo válidas durante sus fases de construcción y operación”, enfatiza el director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Beneficios para el comprador de la energía

Esta relación ‘ganar-ganar’ que se construye con las comunidades termina por tener un impacto positivo sobre el cliente final: el  comprador de energía.

El beneficio para el comprador es doble, independientemente del incentivo de consumir energía limpia. Primero, porque el proyecto, al adquirir la licencia social y tener una buena relación con las comunidades, puede avanzar de manera más ágil en su construcción y cumplir la promesa de suministrar energía. Segundo, por la mejora de la imagen corporativa.

El hecho de que una compañía que vende energía sea social y medioambientalmente respetuosa mejora la reputación corporativa de quienes compran la energía limpia. 

“Si hay empresas que tienen buenas prácticas y buenos estándares, y trabajan con las comunidades desde las etapas tempranas y durante toda la fase de desarrollo y construcción de los proyectos, creo que, sin duda, eso es un plus para los compradores de energía, que van a preferir comprar energía a ese tipo de empresas”, concluye Palacios.

Conclusión

Las energías renovables lideran la transición energética y son la clave para abandonar paulatinamente los combustibles fósiles. En los últimos años, el número de proyectos de energías renovables ha crecido exponencialmente en todo el mundo y se prevé que continúe así en el futuro.

Las compañías generadoras de energía renovable deben crear relaciones de confianza y trabajo con las comunidades cercanas a sus proyectos. Para ello deben relacionarse con las comunidades en las primeras fases de los proyectos e invertir en iniciativas que fomenten el desarrollo. 

Todo esto permitirá adquirir la licencia social, mejorar las condiciones de las personas y del medioambiente y hacer los proyectos sostenibles a largo plazo.

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La IA transforma las energías renovables: modelos predictivos de alta precisión, nuevas formas de monitoreo y diagnóstico, mejoras en el almacenamiento de energía y reducción de costos son solo el principio.

La inteligencia artificial (IA) tiene la capacidad de realizar análisis complejos y tomar decisiones rápidas y precisas con grandes cantidades de datos en tiempo real.

Los beneficios de la IA se extienden a diversas industrias. Una de ellas es la de las energías renovables. A esta industria la IA le proporciona información relevante para el desarrollo, la construcción, la operación y el mantenimiento de proyectos.

Gracias a los algoritmos de aprendizaje automático, así como a la creciente capacidad de cálculo de los sistemas informáticos, se han potenciado cinco áreas clave de las plantas eólicas y solares fotovoltaicas: 

  • Diseño de modelos predictivos de generación de energía. 
  • Monitoreo y diagnóstico de la operación.
  • Rendimiento y eficiencia. 
  • Almacenamiento y distribución de energía con baterías.
  • Reducción de costos.

La IA mejora el rendimiento de los activos de energías renovables, pues agiliza y hace más eficientes los procesos. El resultado son precios más competitivos y una oferta de energía limpia confiable para generadores y clientes.

Modelos predictivos

Atlas Renewable Energy emplea inteligencia artificial principalmente en la operación y el mantenimiento (O&M) de sus centrales de energías renovables.

En efecto, la IA ayuda a desarrollar modelos predictivos cuyo objetivo es pronosticar la cantidad de energía que una planta eólica o solar fotovoltaica podría generar.

Las fuentes de energía renovable son intermitentes: se produce electricidad solo si hay viento o sol. Por lo tanto, es fundamental predecir el volumen de energía que podría generar una central; entre otros beneficios, esta predicción garantiza el cumplimiento de los contratos de abastecimiento (PPA).

Thiago Girard, Innovation Project Manager de Atlas Renewable Energy, explica que se utiliza machine learning y deep learning para diseñar modelos de generación de energía que permitan detectar fallas en los equipos y pronosticar resultados con márgenes de error muy bajos.

Actualmente Atlas puede hacer predicciones de generación con una precisión superior al 95%. Para ello utiliza sistemas de datos que se ajustan a los cambios a una velocidad mucho mayor que los métodos convencionales. “Esto asegura una mayor eficiencia y productividad de nuestros activos”, destaca Girard.

Monitoreo y diagnóstico

La inteligencia artificial también mejora el monitoreo y la elaboración de diagnósticos del funcionamiento de las centrales. Para ello, se realizan mediciones en tiempo real para identificar las variaciones estacionales, diurnas y anuales.

La IA aplicada en el monitoreo y el diagnóstico reduce la necesidad de realizar inspecciones físicas en sitios complejos, como la góndola de un aerogenerador instalado a más de cien metros de altura. 

Mediante sensores y dispositivos de recopilación de datos instalados en las plantas de energías renovables, los algoritmos de IA pueden analizar continuamente el rendimiento de los equipos. Esta capacidad de monitoreo remoto ahorra tiempo, reduce costos y mejora la seguridad, pues minimiza la exposición de los técnicos a entornos peligrosos.

Una de las técnicas de monitoreo es el mantenimiento predictivo. Al igual que el modelo predictivo (que permite anticipar las fluctuaciones en la generación de energía), el mantenimiento predictivo utiliza el análisis de datos para adelantarse a la aparición de anomalías en el funcionamiento y a posibles defectos en los equipos y procesos.

La inteligencia artificial no solo se emplea en el monitoreo de los equipos; también son notables sus aplicaciones en el diagnóstico de fallas. 

Así, mediante sistemas de inteligencia artificial, la empresa Suncast detectó que la planta solar Sao Pedro, de Atlas, en Brasil, sufría una pérdida anual del 3,6% de energía debido a que los paneles se ensuciaban. Cuando se ajustaron las fechas de limpieza según el diagnóstico hecho con IA, Suncast logró aumentar la producción en un 0,7%, equivalente a 1.000 MWh anuales, según el estudio galardonado en el desafío «Atlas Open Innovation Challenge».

Mayor rendimiento y eficiencia

Mediante el monitoreo y el análisis continuo de datos, la inteligencia artificial puede optimizar el rendimiento y la eficiencia de las turbinas eólicas o los paneles.

En efecto, los algoritmos de IA pueden ajustar en tiempo real la configuración de los equipos y hacer que funcionen a gran capacidad, de manera que aumente la producción de energía. Además, los programas de mantenimiento optimizados minimizan el tiempo de inactividad y maximizan la disponibilidad de los equipos.

“Los sistemas orientados a datos son extremadamente adaptables y se ajustan a los cambios a una velocidad mucho mayor que los métodos convencionales. Esto asegura una mayor eficiencia y productividad de nuestros activos”, resume Girard.

La IA también ofrece beneficios cuando se emplea en el funcionamiento del sistema eléctrico, pues evita pérdidas de energía eléctrica renovable (también llamadas vertimientos o curtailments). Este fenómeno se produce cuando en ciertas horas del día se produce un exceso de electricidad que el sistema es incapaz de aprovechar. 

“Integrar las generadoras de energía renovable en el sistema automático de control de oferta y demanda reduciría los costos de energía en general y mejoraría la eficiencia de estas generadoras”, resalta Girard.

Chile, por ejemplo, es uno de los países de Latinoamérica con mayor penetración de energías renovables variables en su matriz eléctrica. Así, la energía solar fotovoltaica es la principal fuente de generación (25%), y la eólica es la tercera (13%), apenas superada por el carbón (14%). 

En octubre de 2023, Chile presentó vertimientos de energías renovables de 307,8 GWh, con un acumulado en 2023 de 1.493 GWh, de acuerdo con el último boletín dado a conocer por Generadoras. Lo ocurrido en octubre de 2023 significó un aumento del 93% respecto a octubre del año anterior, cuando la energía solar se redujo un 146,8% y la eólica un 22,4%.

La IA puede ser la respuesta a estas fallas de desempeño. Por un lado, mejora la eficiencia, porque los algoritmos de IA pueden optimizar la generación, transmisión y distribución de energía, reducir pérdidas y mejorar la eficiencia general de la red.

Por otro lado, la IA disminuye costos. Al minimizar las pérdidas de energía y optimizar la asignación de recursos, la IA puede ayudar a reducir los gastos operativos de los operadores de redes y, en última instancia, reducir las tarifas de energía de los clientes.

La detección de anomalías y el mantenimiento predictivo hechos con IA pueden también ayudar a identificar fallas en la red, de manera de garantizar un suministro de energía confiable e ininterrumpido.

Almacenamiento y costos más bajos

Las baterías son una de las tecnologías clave para minimizar los vertimientos y superar los riesgos de la intermitencia energética. La inteligencia artificial puede optimizar los sistemas de acuerdo con variables como la demanda, el precio y los recursos.

La IA puede ayudar a optimizar las operaciones de los sistemas de almacenamiento de energía renovable: mediante el uso de análisis predictivos, se puede pronosticar la demanda de energía y distribuir la energía almacenada en horarios más convenientes.

La IA permite también monitorear el rendimiento y la eficiencia de los sistemas de almacenamiento y detectar cualquier problema potencial. Como resultado, se pueden reducir los costos operativos y mejorar la velocidad y la precisión del mantenimiento y la reparación.

Así mismo, la inteligencia artificial puede ayudar a reducir los costos asociados a las baterías, y hacer que las soluciones de almacenamiento de energía renovable sean más asequibles.

Conclusión

La inteligencia artificial se integra progresivamente en todos los sectores de la economía. En la industria de las energías renovables impulsa cambios fundamentales para el desarrollo de las fuentes eólica y solar fotovoltaica y todos sus procesos internos.

Mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático y el análisis en tiempo real de gran cantidad de datos, la inteligencia artificial permite tomar decisiones acertadas en los procesos de generación, producción, almacenamiento y distribución de energía.

En definitiva, la IA amplía las capacidades de las energías renovables para que se conviertan en la matriz energética del futuro y se acelere la transición energética.

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La previsibilidad de costos, la seguridad en el suministro, el mayor acceso a líneas de financiamiento, la eficiencia y el ahorro de energía son algunas de las ventajas de firmar un contrato de largo plazo para la adquisición de energía (Power Purchase Agreement o PPA).

A esto se añade la adquisición de electricidad de fuentes renovables —que representa un pilar importante para descarbonizar las operaciones y colaborar con la estrategia de cero emisiones netas de las empresas— y la posibilidad de suscribir estos contratos en dólares, incluso en Brasil.

Este modelo de acuerdo está ganando impulso en el país, que ha experimentado recientemente cambios regulatorios y presenta un escenario cada vez más favorable para la contratación directa de energía.

Ricardo Mendes, Director de Originación de Atlas Renewable Energy en Brasil, explica que los contratos de largo plazo para la compra de energía renovable son adecuados para todo tipo de empresas. Los PPA actúan como una protección ante la volatilidad del mercado energético, que en Brasil es altamente dependiente del régimen de lluvias.

«Para evitar esta volatilidad y no estar expuesto a precios altos, los consumidores buscan protegerse con contratos de largo plazo, los PPA. Esto garantiza una previsibilidad en los costos de la empresa», cuenta el director de Atlas.

Además, la posibilidad de establecer estos acuerdos en dólares ha atraído a empresas exportadoras e industrias cuyos costos están vinculados a los productos básicos  (commodities).

En 2022, Atlas formó una empresa conjunta con Hydro Rein y Albras (la mayor productora de aluminio primario de Brasil) para desarrollar, construir y operar la planta solar Boa Sorte (438 MW) en el estado de Minas Gerais —una inversión estimada en 320 millones de dólares.

En el modelo de autoproducción, el PPA en dólares  firmado con Albras prevé el suministro anual de 815 GWh desde 2025 hasta 2044 y cubre el 12% de la energía consumida por la productora de aluminio en un año.

«Es una triple protección. Además de proteger de la volatilidad climática, que es una variable en el mercado de energía, las empresas se protegen de la volatilidad del tipo de cambio y de la inflación brasileña. Se encuentran en una situación más cómoda, porque si el dólar cae y sus ingresos disminuyen, también se reduce su costo de energía», enfatiza Mendes.

Confianza es una palabra clave. Con casi 4,5 gigavatios (GW) instalados en Brasil, Atlas Renewable Energy ofrece a las empresas excelencia en la ejecución de proyectos y eficiencia en la reducción de costos en los contratos.

«Los PPA de largo plazo son una relación de confianza. Cuando hablamos de autoproducción, que hoy es el modelo de asociación que más interesa al mercado, se incrementa aún más la importancia de la relación de confianza, la solidez y el conocimiento», sostiene.

A continuación, lo que necesita saber sobre los PPA en dólares:

Contratos flexibles

Atlas trabaja con PPA o alianzas personalizadas para cada perfil de cliente. Un modelo que tiene éxito entre las empresas brasileñas es el de autoproducción. En este modelo, los clientes pueden tener una participación accionaria en los parques solares de Atlas, asegurando descuentos en los impuestos de energía, que representan casi la mitad del costo de la electricidad.

La estructura del proyecto se define de común acuerdo. Atlas construye y financia los parques solares, generalmente en dólares, y el precio del contrato se discute entre las partes, así como las formas de ajuste.

«Hay contratos con precios ajustados por la inflación norteamericana; contratos donde se establece una curva, que comienza con un valor más alto y va disminuyendo con el tiempo. Es decir, el modelo permite una serie de alternativas que pueden acordarse entre Atlas y los consumidores empresa», explica Mendes.

La cantidad de energía puede acordarse mensual o anualmente, y los excedentes pueden venderse en el mercado.

«Supongamos que compraste 100 MW y usaste 99. Ese 1 MW que sobró puede venderse en el mercado o incluso de vuelta a la propia Atlas. El mercado de Brasil tiene mucha liquidez; así pues —muchas veces— compras energía y logras revenderla a un precio mayor al que la compraste. Se pueden hacer diversos acuerdos», ejemplifica el ejecutivo.

Seguridad en el suministro

Cuando se habla de energía renovable, una preocupación común tiene que ver con la intermitencia de las fuentes. Si no hay sol, ¿continuaré teniendo energía?

La respuesta es sí. Mendes explica que para garantizar el suministro sin interrupciones, Atlas firma acuerdos comerciales con otros generadores renovables, como los que producen energía eólica e hidroeléctrica, para hacer un intercambio de los excedentes de energía. Esto garantiza el abastecimiento sin costos adicionales para los clientes.

«Vamos a hablar del caso de la energía solar, que solo se genera durante el día. Atlas va a dimensionar una generación que atenderá, a lo largo del tiempo, todo ese consumo. El punto es que va a sobrar energía durante el día y va a faltar durante la noche. ¿Qué hace Atlas? Suscribe acuerdos comerciales con otros generadores que tienen una situación diametralmente opuesta», relata. «Y ahí se hace un intercambio, asegurando esa energía las 24 horas, los 7 días de la semana».

Reducción de costos y aumentos de la eficiencia

La autoproducción también tiene como ventaja la eficiencia. Por ejemplo, no siempre es posible instalar paneles solares en una fábrica para atender su consumo, porque requeriría de grandes áreas.

Además, cuestiones como la irradiación y la tecnología de los equipos impactan en la cantidad de energía generada.

«Por ejemplo, algunas empresas tienen techos muy amplios. Sin embargo, no pueden instalar los sistemas de generación más eficientes, con seguidores solares para que los paneles sigan el sol a lo largo del día. Generalmente, en los techos, el panel es fijo y tiene un rendimiento menor», dice Mendes.

Cuando la empresa hace un PPA, está adquiriendo energía de un parque que fue instalado donde hay mejor irradiación y equipos de última generación que permiten la mayor eficiencia en la generación de electricidad.

«Consigues evitar trabajos, evitar obras dentro de tu operación y puedes tener esa energía con la mayor eficiencia y el menor costo posible, al usar energía de esos parques que van a tener una escala mayor y estarán con una irradiación óptima», añade.

Precio en dólares

Algunos factores influyen en la formación del precio en dólares: el costo de la planta, la competitividad del consumidor con respecto al mercado local y a otros consumidores, y la estrategia de cada empresa para pagar por la energía.

Mendes explica que, para que tenga sentido, es crucial que haya competitividad a largo plazo.

«Un consumidor que produce aluminio en Brasil está compitiendo, por ejemplo, con productores de aluminio en Australia o en Canadá. Y para ser competitivo necesita tener costos operativos en un parámetro de energía tan bueno o mejor que en esos otros países».

La otra referencia es el precio en Brasil, en reales. Primero, se define un precio base, y a partir de él, el valor puede ser fijo – para evitar el riesgo de inflación – o puede corregirse de acuerdo con la inflación de EE.UU., ya que el contrato es en dólares, con ajustes anuales.

Captación de financiamiento

El  marco legal del mercado cambiario en Brasil (Ley 14.286/2021) creó un momento para el financiamiento de los proyectos, ya que trajo mayor seguridad jurídica a los PPA en dólares.

Mendes señala que el marco dio más seguridad a la empresa consumidora, al generador que va a hacer su inversión y a los bancos. «Atlas fue pionera en ese campo y firmó, incluso, el primer contrato del BNDES en dólares».

El crédito de US $210 millones (equivalente a cerca de R$1.100 millones) fue concedido por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) en enero de 2023 para financiar el complejo solar Boa Sorte (438 MW), en Minas Gerais.

Este tipo de experiencia es un ejemplo de cómo la empresa ha estado concertando acuerdos para ofrecer a los clientes las mejores opciones de negocios, incluida la posibilidad de captación de financiamiento internacional. «Tener una relación ya establecida con bancos internacionales, que es otra fuente importante de recursos, ayuda a ampliar el abanico de posibilidades para los clientes», finaliza Mendes.

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El año 2023 vimos hasta qué punto los conflictos geopolíticos pueden traer inestabilidad a los mercados energéticos. Dado que el 80% de la energía mundial proviene de los combustibles fósiles, la industria energética se encuentra en un momento crucial: un momento en el que las consideraciones medioambientales y de sostenibilidad energética convergen con las preocupaciones sobre el acceso a la energía y su asequibilidad. 

La seguridad energética ha sido durante mucho tiempo un asunto importante para los mercados emergentes. Ahora lo es para todo el mundo. Los actores clave de diversas industrias en el mundo se ven obligados a evaluar nuevos sistemas energéticos; y ha llegado el momento adecuado para que los inversionistas tomen en cuenta las energías renovables como una opción confiable que ofrece estabilidad y crecimiento.

El costo de la inestabilidad

Mientras que en Europa la demanda de energía pronto superará en un 21% a la oferta, a finales de 2023 se esperaba que las empresas estadounidenses pagaran más de US$41.000 millones adicionales en costos de energía.

La escasez de energía implica un aumento de los costos para todos los usuarios. Además, las empresas que gastan en exceso en energía aumentan sus precios para trasladar esos gastos adicionales a los consumidores. Al final, la población en general soporta gran parte de la carga cuando sube el costo de todos los bienes, desde los alimentos hasta los productos electrónicos; adicionalmente, el aumento de la inflación alimenta los temores de que ocurra una recesión. 

Más allá de este impacto inmediato, hay una segunda ronda de consecuencias relacionadas con la producción de bienes de alto consumo energético. En efecto, para garantizar su rentabilidad, las empresas pueden disminuir su producción, lo que a su vez produce escasez o interrupciones en la cadena de suministro. 

El aumento de los precios del petróleo y el gas, por lo tanto, afecta a toda la economía, desde el gasto de los consumidores y el crecimiento del empleo hasta las inversiones de las empresas y la asignación de recursos.

Sostenibilidad más allá del medioambiente

En lugar de esperar que bajen los precios del petróleo y el gas, es hora de imaginar una nueva dinámica del mercado energético y acelerar la transición hacia energías limpias. 

Usar energías renovables en diferentes procesos de producción puede ayudar a los países a reducir los costos de energía, al tiempo que se hace frente al cambio climático, además de aumentar la resiliencia. 

De hecho, si la seguridad energética consiste en tener acceso duradero y asequible a fuentes de energía, las actuales realidades geopolíticas y del mercado energético son una razón para alejarse de los proveedores poco confiables. 

El objetivo final es que la seguridad energética sea sostenible, en todos los sentidos de la palabra. La sostenibilidad ya no debe asociarse con sacrificar beneficios, porque la recompensa final es ser resilientes frente a la volatilidad. Más allá de la apremiante necesidad de cuidar el medioambiente, también es importante reconocer que las estrategias energéticas son más beneficiosas cuando adoptan un enfoque diversificado.

Desde un punto de vista económico, depender de una sola fuente de combustible no es una solución a largo plazo libre de riesgos.

“Los gobiernos deberían impulsar la inversión en fuentes de energías renovables que cada vez son más competitivas, y alejarse de una vez por todas del actual modelo económico obsoleto, intensivo en carbono e insostenible».
Lord Nicholas Stern, copresidente de la Comisión Global sobre la Economía y el Clima (fuente)

Cómo ser proactivo al asegurar contratos de compra de energía (PPA)

Una forma de mitigar la incertidumbre que producen los vaivenes de los precios de la energía es suscribir un contrato de compra de energía renovable. Dado que los proveedores pueden aumentar sus tarifas en cualquier momento, comprar energía fuera de un contrato de tarifa fija deja a las empresas vulnerables frente a las fluctuaciones de precios. Los PPA (acuerdos de compra de energía) ofrecen la ventaja de adquirir por contrato energía con tarifas fijas, lo que funciona como una red de seguridad contra la inflación.

La fuerza de los PPA radica también en su capacidad para ofrecer portafolios de energía diversificados a fin de satisfacer las necesidades específicas de cada cliente según sus patrones particulares de uso de energía.

Los PPA, como hemos comentado antes, pueden adaptarse a necesidades específicas. Alejarse de una mentalidad de «talla estándar» con respecto a la adquisición de energía permite a las empresas tomar decisiones estratégicas basadas en datos, y es una forma de convertir la energía en un costo más fijo y controlable.

Los PPA gozan de gran aceptación en los mercados estadounidense y europeo. Recientemente se ha observado una tendencia creciente en América Latina, con el apoyo de socios corporativos que se comprometen a firmar PPA de largo plazo.
Aunque los centros de datos (que necesitan grandes cantidades de energía y recursos para operar) fueron los que originalmente impulsaron los PPA privados, estos contratos ya no se limitan a un determinado tipo de empresa o zona geográfica. De hecho, ahora es común que empresas de todos los sectores sean conscientes de sus fuentes de energía, sus costos y su huella de carbono. Grandes bancos, minoristas, cadenas de restaurantes y empresas de telecomunicaciones han publicado ampliamente los detalles de sus PPA.
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Esfuerzo colectivo, soluciones globales

Al principio puede haber dudas de alejarse de las fuentes de energía convencionales. Al fin y al cabo, la mayor parte de la infraestructura energética del mundo funciona con gas, petróleo y carbón, y las tecnologías de energías renovables aún están en fase de desarrollo. Sin embargo, en su estado actual, las energías renovables ya son las más rentables; más que el petróleo, el gas y el carbón, y más que la energía nuclear.

La inversión que se requiere para aumentar el acceso a las energías renovables necesita la colaboración entre empresas y naciones. También será necesaria la colaboración entre los sectores público y privado, así como entre industrias: es la única manera de garantizar la innovación y el crecimiento a la escala y la velocidad necesarias para cumplir los objetivos globales de sostenibilidad.

Además, hay que tener en cuenta que la mejora de las tecnologías también reduce los costos. Acelera el desarrollo de proyectos a gran escala que atraviesan fronteras y ayuda a crear un panorama energético seguro.

Cómo el modelo de sostenibilidad de Atlas ofrece rendimientos crecientes

Según una investigación realizada por Accenture, “las empresas energéticas que obtienen mejores resultados financieros parecen ser aquellas que prestan mayor atención a las métricas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Aunque es demasiado pronto para atribuir causalidad, parece estar surgiendo una correlación entre el rendimiento ESG y mejores precios de las acciones, menor costo de capital y mayores retornos para los accionistas».

Nuestro compromiso con la sostenibilidad medioambiental no es independiente de nuestro interés en el desarrollo social. Por supuesto, el triple resultado final por el que nos regimos sitúa el beneficio económico junto con el bienestar de las personas y la conservación del planeta. Sin embargo, solo cuando se consideren en su conjunto las métricas de ESG podremos medir el verdadero aumento de la rentabilidad. En este sentido, en Atlas creemos que es posible crear un modelo de negocio que produzca ganancias y que sea al mismo tiempo una fuerza que genere el bien.

Cuando invertimos en las personas, sabemos que estamos creando una base estable que sostendrá nuestra visión a largo plazo y nuestras operaciones del día a día. Los beneficios intangibles de la credibilidad no pueden pasarse por alto. Y ninguna otra forma de energía goza de la credibilidad que tiene la energía renovable entre los consumidores que, en todo el mundo, están cada vez más interesados en fuentes de energía sostenibles.

El camino hacia la estabilidad

Aunque la respuesta actual a la crisis ha sido centrarse en soluciones a corto plazo que incluyen aumentar la producción de petróleo y gas para hacer frente a la escasez de combustible, creemos que es imperativo empezar a pensar en estrategias a largo plazo.

Atlas siempre está dispuesta a brindar asistencia a las empresas dispuestas a avanzar hacia nuevos procesos energéticos, centrados en la diversificación como forma de fomentar tanto la sostenibilidad, como la seguridad.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta. Por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

A medida que las empresas aumentan sus objetivos de sostenibilidad y el público exige mayor transparencia en el compromiso medioambiental, muchas están enfrentando desafíos para cumplir con sus metas. De hecho, un informe de Net Zero Tracker, una alianza entre organizaciones medioambientales sin fines de lucro y grupos de investigación, revela que menos del 5% de las empresas que se han comprometido con emisiones netas cero cumplen con los requisitos básicos de credibilidad.

Esta realidad subraya la importancia de descarbonizar las fuentes de energía para las empresas que se esfuerzan por alinearse con sus aspiraciones medioambientales. En este contexto, Atlas Renewable Energy está a la vanguardia en América Latina, estableciendo alianzas clave con empresas que buscan soluciones de energía renovable, marcando así un punto de referencia para las prácticas sostenibles en la industria.

Energía renovable y negocios en América Latina

América Latina ha sido durante mucho tiempo un mercado dinámico para las energías renovables. Sus abundantes recursos naturales brindan oportunidades especiales para producir energía limpia, así como una mayor exposición a los efectos del cambio climático que promueve un sentido de urgencia. Históricamente, la principal fuente de energía renovable de la región ha sido la producción hidroeléctrica, pero más recientemente ha habido un nuevo enfoque en otras fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar.

Actualmente, una cuarta parte de la energía producida en América Latina es renovable, el doble del promedio del resto del mundo. La capacidad total de energía renovable en América Latina supera los 300 gigavatios (GW), de los cuales 54 GW son energía solar fotovoltaica.

Muchas empresas de la región han adoptado un enfoque orientado al medioambiente y al cambio climático. Tanto las empresas locales como las corporaciones internacionales con operaciones significativas en Latinoamérica se han fijado metas ambiciosas de sostenibilidad, incluyendo el uso de energía renovable. Sin embargo, para las grandes empresas tecnológicas, las empresas mineras, los productores químicos, los líderes en hidrógeno verde y otros que requieren un alto consumo de energía, el acceso a energía totalmente renovable puede representar un reto significativo. La dependencia de redes locales que no ofrecen una fuente de energía completamente verde puede dificultar el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad.

Para resolver este problema, muchas corporaciones con necesidades energéticas sustanciales están recurriendo a los Acuerdos de Compra de Energía (PPAs por sus siglas en inglés), en los que una empresa que produce energía renovable, como plantas de energía eólica y solar, vende esa energía directamente a una empresa a una tasa establecida durante un período prolongado, proporcionando estabilidad y previsibilidad tanto en el suministro como en el precio, a tasas más bajas que las establecidas por las empresas de servicios públicos en un arreglo personalizado según las necesidades del consumidor de energía.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), en la última década, la creación de PPAs se ha disparado en todo el mundo, pasando de menos de un gigavatio de capacidad en 2013 hasta alrededor de 13 GW de nueva capacidad en 2018 y a la asombrosa cifra de 51 GW en nuevos contratos en 2022. Empresas de todos los sectores se han sumado a esta tendencia, desde empresas tecnológicas como Amazon y Meta, hasta la gigante de las comunicaciones Verizon; y desde el fabricante de automóviles Ford Motor, hasta corporaciones mineras multinacionales como Anglo American, con operaciones significativas en diversas regiones, incluyendo América Latina y Brasil, reflejando un compromiso diverso y en crecimiento con soluciones de energía renovable.

Un socio capaz

El cambiante panorama regulatorio en los países de América Latina ha vuelto más atractiva que nunca la adquisición de energía limpia a través de PPA, pero también ha hecho que a menudo el proceso sea aún más complicado. En Atlas Renewable Energy ayudamos a las empresas a navegar por este entorno para aprovechar al máximo su inversión a través de PPAs hechos a medida que se ajustan a las necesidades y objetivos de las empresas que buscan reducir costos, mitigar riesgos y alcanzar sus metas de sostenibilidad.

Fundada en 2017, Atlas Renewable Energy tiene un historial comprobado de operaciones exitosas en toda la región. En 2021, Bloomberg NEF reconoció a Atlas como el principal proveedor de energía renovable para socios corporativos en América Latina. Atlas también ocupó el sexto lugar a nivel mundial, lo cual es especialmente significativo dada la condición de Atlas como la empresa más joven dentro de las seis principales, mostrando su rápido ascenso y su presencia impactante en el sector de energía renovable.

Los PPAs creados por Atlas en América Latina implican la construcción de plantas de energía solar fotovoltaica o parques eólicos para proporcionar a los socios energía renovable, junto con soluciones pioneras como baterías. Aunque la energía renovable es inherentemente variable, los acuerdos que crea Atlas incluyen energía las 24 horas del día, basándose en un portafolio de energía totalmente renovable. En resumen, hemos construido un sólido portafolio con una capacidad consolidada de 4 GW, de los cuales aproximadamente 2.2 GW están actualmente operativos en Brasil, Chile, México y Uruguay. Nuestros clientes incluyen a grandes conglomerados internacionales como la empresa minera Anglo American y las empresas químicas Dow y Unipar, así como importantes actores locales como Albras, el mayor productor de aluminio de Brasil.

El reciente PPA de Atlas, con la mayor unidad industrial individual de Brasil, Albras, un productor de aluminio, ilustra nuestro papel de liderazgo en la región. El proyecto de 902 MWp de capacidad está programado para producir 2 teravatios-hora (TWh) de energía por año, equivalente a la cantidad necesaria para abastecer a Brasilia, la capital de Brasil, con una población de tres millones de habitantes. El acuerdo tiene una duración de 21 años, convirtiéndolo en el PPA de plazo más largo jamás firmado en América Latina. La decisión de Albras de firmar un acuerdo a tan largo plazo en su segundo PPA con Atlas demuestra la confianza que sienten los socios al trabajar con Atlas.

Mientras que muchos PPAs están denominados en moneda local, el PPA entre Atlas y Albras está denominado en dólares estadounidenses, una estructuración innovadora de PPA que ha sido posible gracias a la ingeniería financiera innovadora, soluciones financieras internacionales y cambios regulatorios recientes dentro de Brasil. Esta opción tiene como objetivo aislar al comprador del riesgo asociado con las fluctuaciones de la moneda. La capacidad para crear estructuras y términos personalizados que se basan en la innovación y la regulación actual hace que en Atlas Renewable Energy seamos excepcionalmente hábiles en la creación de PPAs en la región de América Latina.

Resultados reales, cambio real

Los beneficios de crear un PPA con Atlas Renewable Energy son multidimensionales. Como se mencionó, para los grandes consumidores de energía, la compra de energía renovable directamente al productor de esa energía puede ser crucial para alcanzar ambiciosos objetivos de sostenibilidad. Además, la firma de un PPA también indica al mercado que una empresa está seriamente comprometida con la sostenibilidad, haciéndola más atractiva tanto para clientes, como para inversores.

Más allá de estas ventajas, en Atlas Renewable Energy ofrecemos a los clientes la opción de complementar su compra de energía renovable con Certificados de Energía Renovable (RECs). Al adquirir RECs, las empresas pueden afirmar con credibilidad que la electricidad que consumen corresponde con una cantidad equivalente de energía renovable generada e inyectada en la red, respaldando así sus afirmaciones de sostenibilidad. Además, la opción de comprar créditos de carbono permite a estas empresas compensar su huella de carbono restante, proporcionando un enfoque integral para alcanzar sus objetivos ambientales y de sostenibilidad. Estas opciones añaden un impacto tangible y cuantificable a las iniciativas ambientales de una empresa, reforzando su compromiso con la reducción de emisiones de carbono y la promoción del uso de energía renovable.

Más allá de las importantes consideraciones comerciales en la creación de un PPA, las empresas que se asocian con Atlas pueden estar seguras de que están haciendo una diferencia real para el medioambiente y las comunidades locales. En Atlas nos dedicamos a todos los aspectos del desarrollo sostenible, incluida la dimensión social. Cada proyecto que creamos incluye iniciativas para mejorar la vida de las comunidades locales, basadas en las necesidades específicas de esas comunidades. Esto incluye programas educativos que proporcionan tecnología y otros recursos a las escuelas, la promoción de un estilo de vida sostenible a través de la educación y los recursos, así como el reclutamiento activo y la capacitación de mujeres para promover la diversidad de género dentro de la industria. Estos son solo algunos ejemplos de los ambiciosos esfuerzos de Atlas en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que ha establecido.

Al firmar un PPA con un socio socialmente y ambientalmente responsable como Atlas, una empresa reafirma su compromiso con la responsabilidad corporativa y contribuye a mitigar los efectos del cambio climático.

La ventaja de Atlas

En un ambiente empresarial que valora cada vez más la responsabilidad corporativa y la sostenibilidad, tanto a nivel específico en América Latina como a nivel mundial, un Acuerdo de Compra de Energía (PPA) con un aliado como Atlas Renewable Energy, es fundamental para que las empresas con requisitos sustanciales de consumo de energía alcancen sus objetivos. Nuestra experiencia e historial comprobado en América Latina, combinados con nuestra experiencia en atender a consumidores de energía a gran escala, nos convierten en un socio preferido.

Además, nuestra capacidad para crear e implementar soluciones en varios países es un activo importante, permitiendo que las empresas que operan en varias localidades de la región integren de manera efectiva sus estrategias energéticas. Este enfoque no solo satisface sus necesidades energéticas individuales, sino que también se alinea con objetivos más amplios de sostenibilidad en diferentes operaciones nacionales, destacando la versatilidad y nuestro compromiso para proporcionar soluciones integrales de energía renovable.

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Los temores a la intermitencia en el suministro de energía se superan si se combinan distintas fuentes de energías renovables.

“La combinación de las energías renovables con el almacenamiento es la gran solución que requieren los clientes», dice Alfredo Solar, gerente general de Atlas Renewable Energy en Chile.

Para Solar, con más de dos décadas de experiencia en la industria de la energía, esta combinación es aún más relevante para los clientes mineros, que consumen grandes cantidades de energía. “Ya lo tienen absolutamente internalizado”, dice Solar sobre las mineras. Chile es el mayor productor de cobre del mundo, con un 25% de la oferta. En 2022, la minería representó el 58% de las exportaciones chilenas y el 14% del producto interno bruto, de acuerdo con el Consejo Minero, una organización gremial que agrupa a las grandes compañías mineras que operan en Chile.

La intermitencia no es un riesgo

Uno de los temores de los clientes es la intermitencia del suministro energético. “Los recursos renovables no son recursos que estén permanentemente en la naturaleza”, dice Solar. Pone como ejemplo que el viento sopla en algunos momentos del día, y al sol, cuando sale, las nubes lo pueden ocultar. El conjunto de estas fuentes es lo que suministra energía al sistema. “Más que intermitencia, yo diría que las fuentes de energía son variables y que se tienen que compatibilizar dentro de un sistema con otras que tienen variabilidades distintas o con otras que, de alguna manera, permiten condiciones de flexibilidad”, dice Solar.

Los clientes no perciben la intermitencia de las fuentes de generación porque son las empresas generadoras las que arman un portafolio de fuentes de energía de acuerdo con su demanda. El desafío para las empresas generadoras radica en suministrar energía a partir de la generación con fuentes variables. Estas fuentes de energía “unas con otras se van combinando y, al final, todas funcionan dentro de un sistema”, dice Solar.

El avance de las tecnologías de almacenamiento

Una forma de resolver la variabilidad de la generación renovable es con el almacenamiento. “Si tenemos mucha energía solar de día, y podemos almacenarla en grandes baterías y usarla energía durante la noche, creo que de esa manera el problema tiende a resolverse”, dice Solar.

El precio de las baterías ha sido un freno para su desarrollo. Hoy ha evolucionado hacia la baja, dice Solar. “Estamos llegando al momento en el cual está resultando razonablemente rentable la combinación de energía solar y batería como una forma de suministro más continua para abastecer la demanda”, agrega.
Para Iván Rudnick, director de Systep Ingeniería y Diseños, las barreras económicas disminuirán en la medida en que los costos de inversión bajen, según el artículo “La complejidad y el costo de almacenar energía” aparecido en la revista Nueva Minería y Energía, de noviembre de 2022.

Los portafolios de energía

Atlas Renewable Energy trabaja con otras empresas para ofrecer soluciones integrales que aseguren un suministro energético estable. “Nosotros básicamente lo que hacemos es tratar de estructurar portafolios con distintas tecnologías y tratar de que nuestros portafolios nos aseguren que tenemos la generación de energía razonable para tomar un contrato de suministro de energía con un cliente,” dice Solar. Atlas trata de que la generación sea compatible con la demanda de los clientes y con resultados económicos aceptables, agrega.

El deseo por consumir energía limpia

Cada vez más los clientes quieren alejarse de los combustibles fósiles y de las emisiones de dióxido de carbono. “Las fuentes renovables son la respuesta a eso. Son energías completamente sustentables”, dice Solar.

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La meta en Chile es descarbonizar la matriz energética. Para lograrlo, es clave desarrollar la infraestructura de transmisión y almacenamiento de energía.

“No hay cliente relevante que no exija que la energía sea cien por ciento renovable y que tenga los certificados de producción que acrediten que es fuente renovable”, dice Alfredo Solar, gerente general de Atlas Renewable Energy en Chile.

El sector que más demanda energía renovable certificada es el minero, que es a la vez el mayor consumidor de energía en Chile. “La transición energética no solo se está dando del lado de la oferta”, agrega Solar, con más de veinte años en la industria energética. “Los clientes quieren mejorar o limpiar su huella de carbono”.

Objetivos del gobierno

La meta del gobierno chileno es descarbonizar la matriz energética del país para 2025. Esto implica cerrar 28 centrales de carbón e invertir 30.000 millones de dólares para generar 15 gigavatios de energía renovable y construir infraestructura de transmisión y almacenamiento, de acuerdo con el sitio de noticias BNAmericas.

Las centrales de carbón aún abastecen a los clientes regulados, como los hogares. Sin embargo, Solar cree que la Comisión Nacional de Energía podría exigir el abastecimiento de energía renovable para estos clientes.

Líneas de transmisión y baterías

Para incentivar la adopción de las energías renovables, el gobierno debe invertir en la instalación de más líneas de transmisión. La falta de estas líneas es la causa de que los productores de energías renovables se deshagan de parte de la energía que generan por la incapacidad de hacerla llegar a sus clientes. Esta práctica, conocida como ‘vertimiento’, deprime los precios. De hecho, el vertimiento ha aumentado en un 225% respecto a 2021, según la directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, Ana Lía Rojas.

“Necesitamos que las líneas se construyan rápido y que la energía se pueda transmitir desde donde está el recurso hacia donde está el consumo”, dice Solar. Las líneas de transmisión se deben complementar con baterías para almacenar la energía. “El almacenamiento es fundamental. Si la energía solar no cabe en la red, poner una batería tiene todo el sentido del mundo: almacenamos la energía de día y la transmitimos de noche. Con eso desestresamos las redes”, agrega. 

En este sentido, Atlas Renewable Energy avanza en el desarrollo de baterías en el norte de Chile. Para Solar, esta región y el estado de California (Estados Unidos) son pioneros en la instalación de baterías, pues tienen una gran infraestructura de producción de energía solar al mismo tiempo que restricciones de transmisión; de allí la necesidad de instalar baterías.

Chile comparado con otros países de Latinoamérica

El Ministerio de Energía chileno estableció como meta que en 2030 el 60% de la electricidad provenga de fuentes de energía renovable no convencional. Para colaborar en el alcance de esta meta, Atlas Renewable Energy Chile tiene proyectos de 3.000 megavatios, que incluyen contratos para el desarrollo y la operación de tres parques eólicos. 

Hoy cuenta con tres plantas operativas (Quilapilún, Javiera y Sol del Desierto), que juntas tienen más de 450 megavatios de capacidad instalada de energía renovable. Además de Chile, Atlas tiene inversiones en Uruguay, Brasil y México. Entre estos países, Chile es el más avanzado: es donde las energías renovables han crecido más rápido y se han instalado en mayor proporción en relación con el sistema. “Chile es un país donde prácticamente todas las empresas de energías renovables quieren estar y quieren invertir”, afirma Solar, a pesar de que es más pequeño que México o Brasil. 

El crecimiento se ha enfrentado también a desafíos regulatorios. “Es un desafío muy grande tramitar todos los proyectos, sobre todo los proyectos eólicos”, dice Solar. Un proceso de tramitación ambiental demora años en estar listo, a lo que se suman los permisos sectoriales. Pueden pasar cinco o seis años desde que se decide hacer un proyecto hasta que genera energía. “Hay que buscar formas para que estos procesos se hagan más expeditos”. 

La necesidad de un marco regulatorio estable

En Chile el mercado de energía está privatizado. El Estado solo tiene un papel regulador y fiscalizador. Para que el negocio siga siendo rentable, las condiciones deben ser estables, pues las inversiones en energía son a largo plazo. “Es muy importante que exista un marco regulatorio confiable que garantice a los inversionistas hacer negocios en los próximos treinta años”. Estas condiciones deben permitir repagar las inversiones y obtener utilidades.


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El histórico contrato firmado por Atlas Renewable Energy y Albras, la mayor productora de aluminio de Brasil, para el suministro de energía a partir de fuentes solares, tiene el potencial de producir nuevos acuerdos de este tipo en el país, combinando competitividad, sostenibilidad, previsibilidad, garantía de abastecimiento y desarrollo social. Estos componentes pueden incluirse en contratos no solo para sectores que hacen un uso intensivo de la energía, como es el caso de la producción de aluminio, sino también para la industria en general.

Según Luis Pita, director general de Atlas Renewable Energy en Brasil, el contrato es extremadamente competitivo para Albras, recordando que la energía es uno de los principales insumos y representa una parte importante del costo de producción de la industria del aluminio. Pita destaca que este es el segundo contrato suscrito por Atlas con Albras. Además del fabricante de aluminio, la minera Anglo American y los conglomerados químicos Unipar y Dow Chemical, entre otras empresas, forman parte de la cartera de clientes de Atlas en el país.

El contrato

El nuevo acuerdo con Albras, firmado en abril de 2023, es el mayor contrato de este tipo suscrito en América Latina hasta la fecha, tanto en volumen de energía como en duración. El acuerdo de compra y venta de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés) implica el suministro de aproximadamente 2 teravatios hora (TWh) al año de energía solar. Esta cantidad de energía es suficiente para abastecer a una ciudad de unos 3 millones de habitantes, como Brasilia, la capital de Brasil. Y esta cantidad de energía limpia también permite compensar unas 154.000 toneladas de emisiones de CO₂ al año.

La energía establecida en el contrato será suministrada por el proyecto de generación solar fotovoltaica Vista Alegre, con 902 megavatios-pico (MWp) de potencia instalada, el mayor proyecto de Atlas Renewable Energy en Brasil. Situado en el estado de Minas Gerais, está previsto que el proyecto entre en funcionamiento en 2025. Aunque el contrato implica el suministro de energía por parte de un complejo de generación solar, de característica intermitente, el acuerdo prevé el suministro durante 24 horas, siete días a la semana. Para regularizar la provisión de energía a Albras, Atlas cuenta con una cartera de contratos de generación a partir de fuentes renovables. De esta forma, el contrato a largo plazo con el fabricante de aluminio se cumplirá siempre con tecnologías limpias.

“Una de las características de los contratos que hacemos es que todos son sostenibles. No consideramos en nuestra mezcla de cartera otras fuentes que no sean completamente sostenibles», añade Pita.

Calificación femenina

Otro factor importante de los contratos a largo plazo firmados por Atlas en el mercado de energía es el componente social.

“Además de ser competitivos económicamente, para nosotros es un orgullo que Albras nos haya elegido por el componente social, por los programas que desarrollamos, fundamentalmente el que llamamos “Somos parte de la misma energía”, por el cual Atlas capacita a mujeres de las zonas donde desarrollamos los proyectos en diversas actividades como carpintería, electricidad, construcción. De hecho, logramos elevar el porcentaje de mujeres que trabaja en nuestros proyectos del 1 %, hace cuatro años, a más del 15 % en la actualidad. Esto no pasa desapercibido para el mercado. Estamos contribuyendo al desarrollo social de las mujeres en los lugares donde trabajamos”, añade el ejecutivo.

Contratos en dólares

Otro aspecto positivo del acuerdo suscrito con Albras es que el contrato fue negociado en dólares, lo que permite mayor competitividad al cliente y acceso a fuentes extranjeras de financiación. “Atlas es pionera en firmar estos contratos (en dólares)”, destaca Pita, recordando que la propia Albras ya firmó un contrato anterior con Atlas en dólares, así como con Anglo American y Dow Chemical. “Cuando el mercado va por un contrato de 15 años, nosotros vamos por 21 años y en dólares, porque somos muy competitivos. Pero nuestra cartera de productos siempre se centra en lo que necesita el cliente”, añade.

Descarbonización

Pita también explica que, gracias a su cartera 100 % renovable, la empresa puede contribuir a la transición energética y al proceso de descarbonización de sus clientes. “Cada vez vamos a ver más aluminio, concreto y acero ‘verdes’. Estos productos serán cada vez más demandados por los grandes consumidores. Estamos acompañando a nuestros clientes en esta transición, ayudándoles a desarrollar sus productos”, añade el directivo.

Según él, la cartera de proyectos y productos de Atlas Renewable Energy puede atender a cualquier tipo de cliente, mediano o grande, que esté interesado en soluciones competitivas y modernas con diversos plazos contractuales.

Entre las posibles innovaciones en los contratos están el modelo de autoproducción de energía, que permite un costo aún menor de energía para el cliente, y la posibilidad de emitir certificados de energía renovable (I-REC), lo que es una prueba global de que la generación de energía proviene de fuentes renovables y que puede ser comercializada internacionalmente a empresas que necesitan compensar la huella de carbono de sus actividades.

Atlas tiene siete plantas solares fotovoltaicas en funcionamiento en Brasil, que suman 1.205,1 MWp, y otras dos en construcción, que suman 1.340 MWp.

La cartera de proyectos de Atlas permite hoy la realización de nuevos contratos a largo plazo similares al firmado con Albras, considerando las especificidades de cada consumidor y su respectiva industria, pudiendo por ejemplo negociar el contrato en dólares. Aunque se trate de un contrato de suministro de un emprendimiento de energía solar, de característica de producción intermitente, Atlas puede garantizar que el 100 % de la energía comercialmente suministrada provenga de fuentes renovables. Además, es posible contemplar aspectos sociales, como la cualificación de la mano de obra local y el aumento de la participación femenina en los proyectos, proporcionando al consumidor competitividad, sostenibilidad y desarrollo social.

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La industria de alimentos y agronegocios representa el 35 % de todos los empleos en el mundo y el 10 % del PIB mundial, según el estudio de Bain & Company presentado en el Foro Económico Mundial en 2023, además de consumir cerca del 30 % de la producción de energía del planeta, según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena). El estudio de Bain & Company también concluyó que la transformación de los sistemas alimentarios será fundamental para lograr el objetivo de emisiones netas cero de gases de efecto invernadero y mejorar la nutrición y la salud de los 8 000 millones de habitantes de la Tierra.

En el mismo foro, la ministra de Medioambiente de Brasil, Marina Silva, figura reconocida internacionalmente por combatir la deforestación ambiental y preservar el medioambiente, dijo que el país tiene la posibilidad y el desafío de triplicar su producción agrícola sin talar un solo árbol.

Esto no es poca cosa, teniendo en cuenta que Brasil es una potencia mundial en el sector  alimentario. La industria nacional de alimentos y bebidas es la mayor del país, representa el 10,8 % del PIB brasileño, invierte cerca de BRL 13 000 millones anuales y genera 1,8 millones de empleos directos. A nivel mundial, Brasil es el segundo mayor exportador de alimentos procesados ​​del mundo en términos de volumen y el quinto en términos de valor.

Como ocurre con la mayor parte de la industria mundial, los graves efectos del fenómeno del cambio climático y la creciente demanda de la sociedad por la adopción de un modelo productivo más sostenible y con un consumo menos intenso en el consumo de materias primas y energía, también influyen en la industria alimentaria mundial y brasileña.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver la búsqueda de un proceso productivo con bajo impacto ambiental, amigable desde el punto de vista de la salud y de la sostenibilidad socioeconómica y menos intenso en carbono con la energía eléctrica? La respuesta es: todo.

La fabricación de un producto alimenticio sustentable considera la baja emisión de gases contaminantes en su proceso productivo. Teniendo en cuenta que la energía, junto con las materias primas y los envases, representan el 60 % del costo total de producción de alimentos, es fundamental optimizar y hacer más sostenible el uso de la energía en este sector industrial.

En cuanto al consumo de energía, la industria de alimentos es la segunda mayor consumidora de energía eléctrica en Brasil. Según el informe de la Empresa de Investigación de Energía (EPE), en 2021, el segmento utilizó 23 417 gigavatios hora (GWh) o el equivalente al 13,1 % del consumo total de la industria ese año, solo superado por el sector metalúrgico, con 43 613 GWh, o casi el 25 % del total[6]. Para hacernos una idea, el consumo de energía eléctrica de la industria alimentaria en 2021 correspondió a todo el consumo de energía en las regiones Sudeste y Centro-Oeste, en conjunto, durante un mes.

Guerra

Los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania y la crisis energética europea han aumentado los desafíos para la industria alimentaria mundial y brasileña. El desequilibrio en el escenario mundial provocó un aumento de los precios de las materias primas agrícolas, energéticas (principalmente el petróleo y sus derivados) y de otros insumos, como los fertilizantes. No es casualidad que, en su informe anual, la Asociación Brasileña de la Industria Alimentaria (Abia) haya constatado que el aumento de los costos de producción, agravado por el conflicto en Europa oriental ha sido el mayor desafío para el sector en los últimos años.

En este escenario complejo y desafiante, el desarrollo de fuentes renovables ha demostrado ser una vía para que la industria alimentaria reduzca los costos de producción y, al mismo tiempo, alcance los objetivos de sostenibilidad.

Según el Plan Energético Decenal (PDE) 2031, uno de los estudios más importantes sobre la expansión de la oferta de energía en Brasil a largo plazo, elaborado por la EPE, las fuentes eólica y solar fotovoltaica han demostrado ser económicamente muy competitivas en comparación con otras tecnologías para la generación de electricidad. En otro estudio, la EPE muestra que el costo de implementación de una fuente solar fotovoltaica pasó de poco menos de BRL 7 500/kW en 2013 a aproximadamente BRL 4 000/kW en 2020. Es decir, una reducción de casi el 50 %.

La tecnología solar fotovoltaica sigue el proceso de evolución tecnológica y reducción de costos. Esto puede comprobarse a través de los resultados de las subastas de energía promovidas en Brasil en la última década. El precio promedio de la energía solar fotovoltaica en una subasta realizada en 2016 fue de BRL 301,79 por megavatio-hora (MWh). Seis años después, el precio promedio fue de BRL 171,1/MWh.

En la misma línea, el entorno regulatorio del mercado eléctrico brasileño ha favorecido las inversiones de la industria en general en cuanto a generación de electricidad en el modelo de autoproducción. Datos de la EPE indican que la autoproducción de energía eléctrica a gran escala crecerá un 37 % en los próximos diez años, alcanzando los 78 teravatios-hora (TWh) en 2031. Todo indica que la expansión de la autoproducción en Brasil se dará a través de fuentes renovables, principalmente las tecnologías eólica y solar. Esta última, por cierto, alcanzó en 2023 los 26 gigavatios (GW) de capacidad instalada en el país, con un crecimiento del 83 % en un año, consolidándose como la segunda mayor fuente de generación del país, solo por detrás de la energía hidroeléctrica.

En este sentido, los gobiernos de varios países de las Américas, incluido Brasil, están desarrollando políticas y mejoras regulatorias para incentivar la expansión de la generación de energía renovable que no tenga emisiones de carbono y sea de bajo costo.

Con una expresiva cartera de proyectos de fuentes solares fotovoltaicas en América Latina y una larga trayectoria de trabajo apoyando a las empresas en sus procesos internos de transición energética, Atlas Renewable Energy es uno de los mayores desarrolladores de plantas de fuentes renovables en la región, siendo un importante agente para contribuir a la industria alimentaria en este camino de sostenibilidad. En Brasil, la empresa cuenta con más 1.5 GW de capacidad instalada de plantas de generación solar fotovoltaica en operación o en desarrollo, y más de 1.GW del tipo en construcción. En el país, los medianos y grandes consumidores, de los sectores comercial e industrial, pueden contratar energía en PPA corporativos (contratos de compra de energía a largo plazo), con posibilidad de autoproducción, a partir de proyectos de generación con fuentes renovables. Además, Atlas Renewable Energy también proporciona Certificados de Energía Renovable (I-RECs).

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A medida que el mundo continúa lidiando con la necesidad urgente de descarbonizar sus economías, una industria de uso intensivo de energía está emergiendo silenciosamente como un área vital de interés en la transición hacia un futuro bajo en carbono: la producción de cemento. Dado que se prevé que la demanda mundial de cemento seguirá creciendo en las próximas décadas, la industria tiene el potencial de hacer una contribución significativa para lograr una «transición justa», un término utilizado para describir el cambio justo y equitativo hacia una economía baja en carbono que prioriza las necesidades de los trabajadores y las comunidades. En este exhaustivo artículo exploramos el potencial de las energías renovables para impulsar la producción de cemento y los beneficios que esta transición puede aportar a los trabajadores, las comunidades y el planeta.

La industria del cemento es un pilar fundamental de la economía mundial, ya que fomenta el desarrollo de infraestructuras y la construcción en todo el mundo. Es la base sobre la que se construye el mundo moderno, proporcionando los materiales para todo, desde altísimos rascacielos hasta barrios suburbanos en expansión.

La necesidad de calor continuo a alta temperatura para producir cemento requiere enormes cantidades de energía, gran parte de la cual sigue dependiendo de los combustibles fósiles. Todo ello, combinado con las emisiones liberadas por las reacciones químicas inherentes a la fabricación de cemento, significa que este material es uno de los sectores industriales con mayores emisiones del mundo, responsable de alrededor del 8 % de las emisiones mundiales de CO₂. 

A medida que las ciudades se expanden, se construye nueva infraestructura para dar cabida a la creciente población mundial. Sin embargo, en vista de que la industria del cemento es responsable de una parte tan significativa de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, surge la pregunta: ¿Cómo podemos seguir construyendo las ciudades del futuro sin sacrificar el planeta? 

La presión sobre la industria cementera para que se descarbonice ha aumentado rápidamente en los últimos años. Los inversionistas, en particular, son cada vez más conscientes de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG), por lo que muchos están desinvirtiendo en empresas que no cumplen sus normas ASG, lo que pone a los productores de cemento en riesgo de perder el acceso al capital si no toman medidas para reducir sus emisiones. Los gobiernos también están tomando nota de las emisiones de la industria. El año pasado, la Administración General de Servicios de EE. UU. -—la rama de adquisiciones del gobierno federal— anunció nuevas limitaciones en cuanto a los materiales de construcción con altas emisiones de carbono para todos sus grandes proyectos, una medida que afectará a miles de millones de dólares de inversiones federales en infraestructura. Mientras tanto, a medida que aumenta el escrutinio público sobre las emisiones de CO₂, las ONG ecologistas cuestionan directamente a las cementeras por su contribución al cambio climático, poniendo a la industria en el mismo punto de mira que los sectores del petróleo y el gas.

Por lo tanto, los productores de cemento deben actuar rápidamente para mostrar su compromiso con un futuro sostenible. No obstante, la descarbonización de la industria del cemento es una tarea compleja.

Aproximadamente el 60 % de las emisiones de la industria cementera provienen de la calcinación, una reacción química mediante la cual el carbonato de calcio se calienta y se convierte en óxido de calcio. Para reducir las emisiones de la industria y al mismo tiempo producir suficiente cemento para satisfacer la creciente demanda mundial, muchas empresas cementeras buscan soluciones en las nuevas tecnologías.

En septiembre del año pasado, la Asociación Mundial de Productores de Cemento y Concreto (GCCA, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo para ampliar la implementación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) en toda la industria del cemento y el concreto, con el fin de aumentar el ritmo de los esfuerzos de descarbonización. Sin embargo, la tecnología aún está en pañales y el capital necesario para que alcance la escala necesaria es enorme. Para 2030, año en el que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático establece que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para evitar una catástrofe climática, el objetivo actual de la GCCA es tener la CCUS en pleno funcionamiento en solo 10 plantas de cemento en todo el mundo.

Con el tiempo agotándose, otra posible solución a este problema es que los productores de cemento se centren en reducir el 40 % de sus emisiones que provienen de la electricidad utilizada para suministrar energía a sus plantas mediante la transición a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.

Gracias al uso de acuerdos de compra de energía (PPA), los productores de cemento pueden obtener energía limpia a costos estables, sin necesidad de realizar inversiones significativas en nuevas tecnologías o procesos. Es un modelo que ya han adoptado muchos grandes usuarios de energía, como Unipar, un productor de cloro, cloruros y PVC, y el gigante químico mundial Dow.

Este enfoque puede considerarse una victoria rápida para la industria cementera, ya que permite a los productores reducir su perfil de emisiones, sin que ello repercuta negativamente en sus  resultados netos. También tiene el potencial de crear puestos de trabajo y oportunidades económicas en el sector de las energías renovables y puede ayudar a posicionar la industria cementera como líder en la transición hacia una economía baja en carbono. Acuerdos de compra de energía (PPA): Una fuente de estabilidad en un clima de cambio

El cemento y el concreto siguen siendo el mejor material de construcción que tenemos para viviendas asequibles, que es un componente crucial de las sociedades inclusivas y equitativas, y para los hospitales, represas, puentes e infraestructura de transporte público que la población mundial necesita para impulsar el crecimiento económico inclusivo en el futuro. Es un producto abundante, asequible y disponible localmente (solo el 5 % del cemento se comercializa entre países, según cifras de GCCA), lo que significa un ahorro significativo de carbono en el transporte en comparación con otros materiales de construcción. Su resistencia, durabilidad y resiliencia a condiciones climáticas y peligros extremos significan que puede desempeñar un papel vital en el apoyo al desarrollo de infraestructura en áreas afectadas por el cambio climático,y también puede ser reutilizado: al final de su vida útil, es 100 % reciclable.

Atlas Renewable Energy comprende la importancia de reducir las emisiones en la industria del cemento y se compromete a apoyar a la industria en su transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Atlas se asocia con grandes usuarios de energía para proporcionar energía limpia, estable y rentable, permitiendo a las empresas reducir su perfil de emisiones y demostrar su compromiso con un futuro sostenible. 

La industria del cemento tiene un papel crucial que desempeñar para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo para todos. Para obtener más información sobre cómo Atlas puede asociarse con la industria del cemento para acelerar las medidas de descarbonización, póngase en contacto con nosotros.

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